
Los últimos tres años parecen haber sido el guion de una película fatalista, marcados por la pandemia de la COVID-19 y, ahora, por la guerra de Ucrania. Hemos vivido meses encerrados, con restricciones, adaptándonos a una situación para la que no habíamos nacido preparados para llegar al punto en el que estamos ahora. Cuando parece haberse calmado la situación, nos encontramos con una guerra que nos trae unas consecuencias económicas que cada día vacían más nuestros bolsillos.
Todos hemos notado la subida de precios de los productos, sobre todo, los de primera necesidad y también, por supuesto, los del combustible. Esto nos ha llevado a buscar nuevos métodos para ahorrar, optar por las marcas blancas, utilizar más el transporte público y, en definitiva, adaptarnos a la situación como siempre hemos hecho, pero, ¿qué hay de las marcas?
Las marcas también se han visto afectadas por la subida de precios de las materias primas, haciendo que su producto suba de precio sin aumentar sus beneficios. Los consumidores, hemos tenido que ajustarnos el cinturón y reducir el consumo de algunos productos y pasarnos a la marca blanca en muchos otros, cosa que ha repercutido directamente en los resultados de las grandes marcas del sector.
Este fenómeno ha hecho que las marcas opten cada vez más por realizar campañas con Influencers, ya que, a pesar de lo que muchos puedan pensar, las redes sociales han llegado para quedarse, y no existe nadie mejor para conectar con el público que aquellos que se dedican a crear contenido en ellas.
Por eso decimos que los Influencers pueden ayudar a las marcas en tiempos de inflación, aunque probablemente os preguntaréis; «¿Cómo?». Es sencillo, los Influencers pueden mejorar la comunicación de las marcas y, además, son libres de hablar de algunos temas socialmente delicados sin tapujos. Cuentan con una audiencia totalmente fidelizada que llevan mucho tiempo construyendo y conectan perfectamente con ella. Si a esto le sumamos el hecho de ser mucho más económico que las campañas en otros medios, resulta una opción de lo más tentadora.
Las marcas hace mucho tiempo que dejaron de ser únicamente el producto que venden. Actualmente, ya no basta con comunicar características y especificaciones, ya que las diferencias entre los productos de un mismo sector es ínfima. Hace tiempo que las marcas dejaron de comunicar como marcas, para comunicar como personas. Esperamos de ellas mucho más que un producto, esperamos una responsabilidad con la sociedad, con el medio e incluso, en algunas ocasiones, esperamos que sean nuestros portavoces.
No existe nadie que entienda mejor la comunicación de una marca personal que los Influencers y esto puede hacer que las marcas, contando con ellos, sean capaces de aumentar sus ventas incluso en tiempos donde los precios no invitan a comprar.
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